COACHING – SIETE REGLAS DE ORO PARA ESTABLECER OBJETIVOS

Un objetivo es un sueño con piernas. Sueño en este contexto debe entenderse como sinónimo de situación deseada, aspiración.

Los objetivos son lo que nos hacen avanzar y ponernos en movimiento. Es aquello que queremos lograr. Constituyen el propósito de nuestras acciones.

¿Cuál es la diferencia entre tener un sueño y querer lograr un objetivo?

Para que un sueño se convierta en un objetivo deben darse tres condiciones:

1º. Cuantificación

2º. Plazo

3º. Plan de Acción

Por ejemplo: “Me gustaría tener un negocio más grande y más rentable” es una situación deseada, en términos del coaching lo llamamos un sueño.

En cambio si transformamos esta expresión en:

“Quiero que mi negocio en cinco años tenga el doble de clientes y aumente su facturación un 150%, para lo cual pienso abrir dos bocas de expendio nuevas”, ya estamos estableciendo claramente un objetivo.

Esto implica dos tipos de objetivos diferentes:

  • El objetivo del resultado: el destino final, el lugar al que nos dirigimos
  • El objetivo del proceso: el viaje, la travesía. Como vamos a llegar al resultado final. El Plan para alcanzar el resultado objetivo.

Existen siete reglas de oro que resultan sumamente útiles para establecer objetivos tanto personales, como profesionales y empresariales o de negocios.
1. El objetivo debe ser expresado en positivo
¿Qué es lo que quieres?
¿Qué quieres en lugar de lo que tienes?
¿Qué prefieres tener?
2. El objetivo tiene que ser específico y medible
¿Qué es exactamente lo verás, oirás o sentirás cuando alcances tu objetivo?
¿Cuánto tiempo necesitarás para alcanzarlo?
¿Cuándo quieres alcanzarlo?
3. Decide Como y Cuando medirás el avance en el cumplimiento
¿Cómo medirás tu progreso hacia el objetivo?
¿Con cuánta frecuencia medirás tu progreso?
¿Cómo sabrás que has logrado el objetivo?
¿Cómo verificarás que estás en el camino correcto hacia el objetivo?
4. Organiza los recursos que necesitarás durante la travesía hacia el logro del objetivo
¿Qué recursos (objetos, personas, tiempo, modelos, cualidades) vas a necesitar para alcanzar tu objetivo?
¿De cuales dispones ya?
¿Dónde encontrarás los otros?
5. Se proactivo
¿Hasta que punto controlas el cumplimiento de ese objetivo?
¿Qué harás para alcanzarlo?
¿Qué puedes ofrecer a los demás de tal modo que se interesen por ayudarte?
6. Presta atención al impacto de las consecuencias más allá de ti mismo
¿Cuáles son las consecuencias para otras personas importantes?
¿Puedes mirar su impacto en ellas poniéndote en su lugar?
¿Cuál es el costo en tiempo, dinero y oportunidad?
¿A qué podrías tener que renunciar?
¿Cómo quedará afectado el equilibrio entre los diferentes aspectos de tu vida cuando alcances ese objetivo o durante su consecución?
7. Elabora un Plan de Acción
Un objetivo, sobre todo si es a largo plazo, puede parecer intimidador. El plan de acción fracciona el objetivo en pasos pequeños, cada uno de ellos en si mismo manejable. Es el mapa de tu viaje. Tu GPS.
Como decíamos anteriormente cuando defines los pasos hacia tu objetivo le estás poniendo piernas a tu sueño. Pero aprender la acción es necesario que te sientas motivado. Es por ello que los objetivos tienen que ser difíciles pero también realistas. Necesitas esforzarte para alcanzarlos pero también saber que son posibles. Debido a esta condición es que la figura de un coach, en estos casos, se hace indispensable. Alguien que guía, acompaña y enseña, y que si bien no siempre tiene todas las respuestas, al menos conoce todas las preguntas.
¡Buen entrenamiento!

Fernando Weimberg

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