COACHING ORGANIZACIONAL, UNA FORMA DE HACER LAS COSAS

Una empresa familiar del rubro autopartista contaba con una estructura sólida, procesos claros, y con un equipo de expertos a nivel técnico y con amplia trayectoria en la empresa. La obsesión de todos ellos – y su factor diferencial en el mercado – era la calidad del servicio al cliente. Sólo un sector, el de Recepción de Mercadería, parecía tener dificultades para resolver sus problemas y brindar el servicio esperado. Los jefes de este sector habían sido promocionados recientemente por su fortaleza técnica, pero esto no sería suficiente para resolver los desafíos de relación y de calidad.   

Los propietarios de la empresa, a quienes veníamos brindando diversos servicios de consultoría, accedieron a nuestra recomendación: desarrollar a las dos personas que fueron promovidas a posiciones intermedias (cuadros medios) a través de un proceso de coaching individual. 

Un proceso de coaching es una muy buena estrategia que las pymes eligen, para acelerar el desarrollo formativo de competencias en el área de trabajo, tales como el liderazgo y la inteligencia emocional, en un ámbito cuidado y enfocado. La decisión fue rápida. No hacerlo podría implicar el riesgo de “quemar” a dos buenos empleados, y también podría tener efectos colaterales en el equipo, tales como desmotivación, frustración, e incluso partidas involuntarias. 

La práctica del coaching consiste en acompañar a las personas y equipos a través de un proceso standard, en el cual cada individuo aspira a una situación mejor (una meta), y se compromete a realizar acciones con la máxima motivación, para progresar y obtener los mejores resultados posibles.  

El coaching organizacional se basa en cuatro pilares:

  1. Cada cual cuenta con los recursos que necesita, o puede adquirirlos
  2. En cualquier situación, cada cual toma la mejor opción que puede
  3. El comportamiento humano está dotado de sentido
  4. Si querés comprender, ¡actuá! 

“Necesitamos que confíen en que es posible, que ambos empleados desarrollarán sus competencias de liderazgo, y que alcanzarán sus metas en tres meses.” Este pedido parece muy simple y, sin embargo, implicaba para la Alta Dirección comportamientos muy complejos, tales como esperar lo mejor de las personas, tener paciencia para ver resultados luego de un período de tiempo acordado, observar y colectar evidencias de los logros que van realizando en el proceso, y tolerar los eventuales errores que pudieran surgir durante la experimentación de nuevas formas de hacer. 

El resultado del proceso – que duró tres meses – trajo las evidencias que esperábamos: 

  • aspiraron a su mejor versión (propia y del equipo)
  • implementaron acciones enfocadas, con atención a los resultados y al bienestar del equipo
  • incrementaron su autoconfianza y su confianza en el potencial del equipo
  • incorporaron el hábito de generar varias opciones para cada meta o desafío
  • eligieron cursos de acción a los que se comprometieron y aprendieron de sus propias acciones. 

La libertad de elegir aumenta el compromiso y la auto motivación de las personas para ponerse en acción. En otras palabras, cuando lo deseo, tengo un mejor desempeño que cuando sé que es una obligación. La auto motivación y el desempeño sobresaliente están relacionados con la libertad de elegir. A veces no podemos elegir si hacer o no hacer una tarea, pero sí podemos elegir cómo y cuándo hacerla, o con quién. El Coaching es, para este equipo de Recepción de Mercadería, una forma de hacer las cosas. 

Mag. Patricia Serra

Coach International Coaching Community, 

Consultor & Coach Darwin Consulting – Evolución Empresarial

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